Infraestructura para sobrevivir ante el peor escenario del cambio climático en pleno Desierto de Atacama, visibilizar el impacto hídrico de la Inteligencia Artificial y una mirada crítica sobre la infraestructura de datos en Chile, son las tres propuestas con las que la Universidad Católica está presente en el encuentro de Arquitectura más importante del mundo que este año tiene como foco el cambio climático y la interconexión de tres tipos de inteligencia: de la naturaleza, la artificial y la colectiva.
“Deserta Ecofolie: prototipo de habitación mínima en el Desierto de Atacama y más allá”, fue desarrollado por un equipo interdisciplinario de distintas unidades académicas de la UC y liderado por el profesor de la Escuela de Arquitectura Pedro Alonso. (Crédito fotográfico: Alonso Prado)
“Intelligens. Natural. Artificial. Collective”, es el título de la Bienal de Arquitectura de Venecia 2025, el destacado encuentro internacional que se realiza cada dos años, alternando entre Arte y Arquitectura, y que cuenta con 66 pabellones nacionales y más de 750 participantes. Estará abierto al público en la ciudad italiana entre el 10 de mayo y 23 noviembre de 2025.
La curatoría de esta versión, a cargo del arquitecto e ingeniero italiano Carlo Ratti, profesor del MIT, plantea que la arquitectura debe enfrentar el cambio climático ya no solamente desde la mirada de la mitigación, sino que adaptándose a sus efectos. Para ello, propone interconectar tres tipos de inteligencias: la de la naturaleza, la artificial y la colectiva.
Este año, la Bienal contará con una destacada participación de la Universidad Católica, a través de tres proyectos: “Deserta Ecofolie: prototipo de habitación mínima en el Desierto de Atacama y más allá”, desarrollado por un equipo interdisciplinario liderado por el profesor de la Escuela de Arquitectura Pedro Alonso; “Hybrid Ecologies: The Planetary Metabolism of AI”, co-curada por los profesores de la Escuela de Diseño, Manuela Garretón y Martín Tironi; e “Inteligencias reflexivas”, proyecto que representará al pabellón chileno, a cargo de los curadores Serena Dambrosio, Linda Schilling Cuellar y Nicolás Díaz, este último estudiante del Doctorado en Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos UC, y Núcleo FAIR.
Como destaca la vicerrectora de Investigación María Angélica Fellenberg: "Nuestros académicos y académicas se convierten en referentes a nivel global, al participar en un encuentro tan relevante internacionalmente como la Bienal de Arquitectura de Venecia, y al presentar propuestas en un tema tan desafiante como es nuestra adaptación al cambio climático. Esto último, tanto desde el punto de vista de la habitabilidad, como el impacto hídrico de la IA, o la mirada crítica a la infraestructura de datos en nuestro país. Nuestros profesores y doctorante se instalan en las grandes ligas de la arquitectura y el diseño, con proyectos que además cruzan disciplinas y proponen miradas críticas, tan necesarias para nuestro desarrollo".
Como añade la directora de Investigación, María Elena Boisier: “Desde la Dirección de Investigación nos enorgullece que en la Bienal de Venecia participen dos proyectos de investigación, fruto de un trabajo interdisciplinario, línea que hemos promovido de forma sistemática. En particular, hemos fomentado la interdisciplina tanto en la Red de Centros y Estaciones Regionales (RCER) -como se evidencia en la Estación Atacama UC con Deserta Ecofolie- así como en el ámbito de la investigación asociativa, reflejado en el Núcleo Milenio FAIR. Participar en esta Bienal es un tremendo reconocimiento al trabajo de investigación que realizan nuestros académicos”.
Arquitectura adaptada al cambio climático
Parte del equipo participante del proyecto Deserta Ecofolie. (Fotografía gentileza Francisco Albornoz)
¿Cómo sobrevivir, en la unidad habitable más pequeña posible, en condiciones extremas? Esta es la pregunta que se hizo el profesor de la Escuela de Arquitectura Pedro Alonso. ¿Su respuesta? “Deserta Ecofolie”: una “vivienda” o infraestructura de habitación mínima, de 16 m², donde pueden vivir dos personas y autosatisfacerse de agua, electricidad y hasta de alimentos.
Se trata de un prototipo experimental pensado para la supervivencia, en un contexto de crisis ambiental, dotada con paneles solares que generan electricidad, y un atrapanieblas que permite contar con agua tanto para consumo, como para regar un micro invernadero para cultivar alimentos. El resultado es un proyecto con huella de carbono negativa, desconectado de las redes convencionales de suministro.
Como explica el académico, “es básicamente una habitación de 4 por 4 metros, pero está dividida en cuatro pequeñas habitaciones de 2 por 2 m. Una habitación es acceso y tiene una mesa de escritorio; otra tiene una cama, la siguiente una cocina y finalmente está el baño. En el centro hay un pequeño patio, por donde se accede con la escalera. Esto está levantado por pilotes para generar sombra abajo y el techo es terraza, donde está el atrapanieblas, el invernadero y los paneles solares. En otras palabras: puedes dormir, comer y trabajar”.
Origen de Deserta Ecofolie
El proyecto es fruto del trabajo que nació en 2014 con “Deserta”, un curso que el profesor Pedro Alonso realizó por más de diez años en conjunto entre la Escuela de Arquitectura y la Architectural Association de Reino Unido, en el desierto, específicamente en la Estación Atacama UC, de la Red de Centros y Estaciones Regionales – RCER UC.
En el taller, la invitación a los estudiantes provenientes de distintos países, era a pensar la arquitectura en lugares áridos. Como resultado de toda esta reflexión nació “Deserta X”, el primer prototipo de habitación en el desierto -el antecesor de Deserta Ecofolie- que se levantó en plena Estación Atacama UC, ubicada en lo alto de un farellón costero de la región de Tarapacá, a 65 km al sur de Iquique, en pleno desierto, pero también en medio del Oasis de Niebla de Alto Patache.
Prototipo Deserta X, en Estación Atacama UC. (Crédito fotográfico: Pablo Osses)
De ahí nació la propuesta para la Bienal de Venecia, que como explica Pedro Alonso, se trataba de “construir un prototipo 1 a 1, que funcione, o sea, que tenga agua, electricidad y que sea el prototipo habitable más pequeño posible para el peor escenario posible en un desierto”.
La inspiración viene del libro "Escenas en América Deserta" de Rayner Banham (1982), específicamente en referencia a la famosa imagen del historiador montando una bicicleta, “Bickerton”, en el lago Silurian en California. Esta fotografía, hecha por Tim Street-Porter, muestra la bicicleta como el "objeto ecotécnico" más pequeño posible. Así también, Deserta Ecofolie busca ser el objeto habitacional más pequeño posible para que dos personas puedan sobrevivir ante condiciones adversas.
Proyecto internacional e interdisciplinario
La construcción está hecha en base a una estructura de fierro recubierta en una especie de “adobe 2.0”, muy avanzado y anti fuego, desarrollado por el Centro de Arquitectura Industrializada (CINARK) de la Escuela de Arquitectura de la Real Academia Danesa; mientras que la prefabricación se realizó en Portugal, a cargo de SUMMARY architects y ArtWorks - Art Production & Manufacturing.
En el proyecto participa un equipo interdisciplinario de la Universidad. El director de la Estación Atacama UC y profesor del Instituto de Geografía Pablo Osses, explica: “mi participación consiste en resolver el problema del agua, lo que incluye primero dónde obtenerla, que en este caso es agua atmosférica a través de atrapanieblas, los que permiten obtener agua de lluvia, neblina y de rocío. Y luego, la idea era utilizar esta misma agua en diferentes aplicaciones, entonces diseñamos un circuito de reutilización del agua; lo que significa que cada litro se utiliza 2 o 3 veces en diferentes niveles y por lo tanto, estamos multiplicando el volumen de agua. Esa misma agua tiene un rol aislante, a través de su estabilidad térmica, en su uso en el interior de las paredes”.
El profesor Osses agrega: “fue un proyecto tremendamente desafiante, desde la localización e instalación, hasta el diseño de un atrapanieblas adecuado a un nivel doméstico, acotado, que fuera eficiente y efectivo”.
Atrapanieblas ubicado en la terraza de Deserta Ecofolie; el agua que capta de la atmósfera tiene diversos usos, desde consumo humano, riego, baño y cocina, y como aislante térmico. (Crédito fotográfico: Pedro Alonso)
Esta agua también alimenta un micro invernadero, desarrollado por el profesor de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales, Francisco Albornoz. “Tenemos una solución integral, que abarca no solo la habitabilidad del desierto desde el punto de vista de aguantar el clima, sino que también la producción de agua y parte de ella, utilizarla para la producción de alimentos frescos, como lechugas, tomates y frutillas, como también plantas medicinales como lavanda o romero”, comenta el académico.
El invernadero, que funciona gracias al agua captada por agua de niebla y una bomba con energía solar, permite cultivar alimentos frescos, como lechugas y tomates. (Crédito fotográfico: Pedro Alonso)
Todo lo anterior es posible gracias a un sistema de energía solar fotovoltaica para la generación de electricidad y almacenamiento en baterías, a cargo del profesor de la Escuela de Ingeniería Rodrigo Escobar, junto a Armando Castillejo, investigador posdoctoral, y José Ortega, ingeniero de proyectos.
Como afirma el académico, el sistema “permite tener iluminación, electricidad, electrodomésticos, refrigerador, etc., y también activa los sistemas de bombeo para la red hidráulica”. Y profundiza: “se hizo un diseño conjunto donde la captación de agua, a través del atrapanieblas, se almacena en un estanque y con una bomba pasas al circuito hidráulico del baño, la cocina y la circulación de agua hacia el invernadero para riego. Entonces, lo que nosotros hacemos es aportar con sistemas habilitantes de energía y agua para el módulo de habitabilidad mínima”.
Como explica el profesor de la Escuela de Ingeniería Rodrigo Escobar, el sistema “permite tener iluminación, electricidad, electrodomésticos, refrigerador, etc., y también activa los sistemas de bombeo para la red hidráulica”. (Crédito fotográfico: Pedro Alonso)
Al interior de Deserta Ecofolie también hay una museografía pequeña relativa al desierto de Atacama y la estación de la UC, y a la investigación que hay detrás del proyecto, que le permita al público reflexionar de dónde viene la propuesta y su contexto.
La curatoría de la obra está a cargo de Pamela Prado, curadora de arte contemporáneo del Royal College of Art (MA), Londres, y licenciada en Filosofía, quien ha tenido el rol clave de aportar en la reflexión de cómo integrar la investigación científica a una bienal de arquitectura. “No es que los académicos -que participan en el proyecto desde las áreas científicas- sean artistas, pero de alguna manera lo son también. En la técnica hay una dimensión artística: el atrapanieblas te permite jugar con el tema del asombro, el panel solar que se hace luz…”, expresa la curadora. Asimismo, la obra también comprende una muestra “profundamente estética”, en palabras de la profesional, que es la de los los objetos “ecotécnicos”: la ducha de neblina que ahorra agua o la cocina solar.
Deserta Ecofolie también comprende objetos "ecotécnicos", como una cocina solar o una ducha de neblina que ahorra agua. (Crédito fotográfico: Pedro Alonso)
Junto a ellos, en el equipo también participan Anne Beim, Johannes Schotanus, Jonatan Larsen, Astrid Juul Jørgensen, Francisco Salas, Sebastián Cárcamo, Paulina Bitrán y Samuel Gonçalves - SUMMARY Architects. Asimismo, ocho estudiantes del magíster de Arquitectura, que están realizando sus proyectos de titulación sobre el diseño de refugios de habitación mínima en regiones remotas de Chile, tuvieron la posibilidad de estar en Venecia desde el 20 de abril hasta el 12 de mayo, gracias al apoyo de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, y la Vicerrectoría Académica.
El impacto hídrico de la IA
La instalación interactiva “Hybrid Ecologies: The Planetary Metabolism of AI” busca visibilizar el impacto hídrico de la inteligencia artificial. (Crédito fotográfico: Martín Tironi)
En la exhibición principal de la 19ª Bienal de Arquitectura de Venecia también estará otro proyecto liderado por académicos de la UC: la instalación interactiva “Hybrid Ecologies: The Planetary Metabolism of AI”, co-curada por los profesores de la Escuela de Diseño, Manuela Garretón y Martín Tironi.
Se trata de un proyecto de investigación-creación, que busca visibilizar el impacto hídrico de la Inteligencia Artificial (IA) y, al mismo tiempo, cuestionar la visión del agua como un recurso inerte y meramente gestionable. Hybrid Ecologies propone entender la IA como un metabolismo complejo que contiene tanto elementos ecológicos, minerales y energéticos, como infraestructuras físicas, políticas y sociales.
A través de un sistema generativo de IA, el proyecto propone reconocer el agua como una entidad viva e inteligente, que nos interpela a imaginar nuevas formas de colaboración y cohabitación con ella. La instalación invita a imaginar la IA no solo como una tecnología de automatización, sino como una posibilidad para tejer alianzas con el agua, visibilizando sus diversas inteligencias y formas de vida, fundamentales para sostener la habitabilidad de la Tierra.
“Participar en esta Bienal es una oportunidad para visibilizar el trabajo interdisciplinario que desarrollamos desde Diseño UC y el Núcleo Milenio FAIR, en torno a la dimensión material y al metabolismo planetario de inteligencia artificial; así como a los desafíos que implica su integración sustentable en las ecologías, los territorios y las formas de vida que configuran nuestro presente”, afirman los académicos.
Esta instalación será parte de la sección “Space for ideas”, un espacio dedicado a explorar enfoques colaborativos para el desarrollo de soluciones innovadoras frente a los desafíos planetarios.
El director de la Escuela de Diseño Martín Tironi y la profesora de la misma unidad académica, Manuela Garretón. (Crédito fotográfico: Cristóbal Palma)
Una reflexión en torno a la infraestructura de la IA
“Inteligencias reflexivas” es el nombre del proyecto que representa a Chile en la Bienal, a cargo de Serena Dambrosio, de la Universidad Diego Portales; Linda Schilling Cuellar, del Centre for Research Architecture at Goldsmiths; y Nicolás Díaz, estudiante del Doctorado en Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos UC, y el Núcleo FAIR, quienes examinan y reflexionan en torno al impacto material y territorial de la Inteligencia Artificial (IA) en el país.
El pabellón chileno invita a reflexionar sobre los procesos institucionales que han definido la llegada de la IA y su infraestructura en el territorio chileno. “Inteligencias reflexivas” propone una mirada crítica sobre la infraestructura de datos en Chile; desde su espacialidad y materialidad, la propuesta busca visibilizar las fricciones socioambientales generadas por la construcción y operación de estas infraestructuras. Como cuenta Nicolás Díaz, co-curador del pabellón chileno, la propuesta nace a partir de su investigación doctoral sobre el impacto territorial de los centros de datos en la comuna de Quilicura, en la Región Metropolitana.
El pabellón chileno "Inteligencias reflexivas", invita a reflexionar sobre los procesos institucionales que han definido la llegada de la IA y su infraestructura en el territorio chileno. (Fotografía gentileza de Nicolás Díaz)
“En los últimos años, Chile se ha consolidado como un actor clave en el desarrollo de la IA. Con su riqueza mineral, fuentes de energía renovable y condiciones políticas y económicas estables, el país ha impulsado una visión renovada del progreso tecnológico. Sin embargo, mientras las mesas de trabajo han sido el principal instrumento para articular políticas en este ámbito, persiste la pregunta: ¿qué cuerpos e inteligencias han quedado fuera de la discusión?”, explican los curadores. Y agregan: "Queremos ampliar la conversación sobre IA, incluyendo a quienes históricamente han sido excluidos de estas decisiones: los territorios, las comunidades y los ecosistemas".
Como concluye Diego Cosmelli, director de la Escuela de Graduados de la Vicerrectoría de Investigación: "Es un orgullo y también una alegría, para la Escuela de Graduados de la UC, el hecho de que nuestro estudiante del programa de doctorado de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, Nicolás Díaz, sea uno de los tres curadores de la propuesta del Pabellón de Chile en la Bienal de Venecia. Nicolás, además, proviene de Colombia, lo que habla del alcance internacional de la formación doctoral en nuestra universidad. En efecto, contamos con una importante presencia de estudiantes internacionales en nuestros programas, en torno al 27% del total de los matriculados este año, lo que enriquece y potencia nuestra comunidad doctoral”.
Sigue todo el desarrollo de la Bienal de Arquitectura 2025
Información periodística
Nicole Saffie
Editora Web Home UC
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